RAQUEL GÓMEZ | 19 de mayo, 2022
Sergio fue padre en 2012 con veintitrés años. Hoy, a punto de cumplir treinta y tres y con dos hijos de siete y nueve respectivamente, se enfrenta en Bilbao a una nueva vida.
A priori puede parecer muy difícil lograr perder tantos kilos en un periodo tan relativamente corto, pero, créeme: si yo lo he conseguido, ¡tú también puedes!
El comienzo
Un día te levantas, te miras al espejo y, aunque veas lo mismo que llevas mucho tiempo viendo, decides que ya no más, que algo hay que cambiar. Eso es lo que pensé aquel lunes de marzo del año pasado. Decidí subirme a la báscula para poner cifras a mi problema: 95,5 kilos. Se dice pronto. Para que os hagáis una idea, diecinueve garrafas de cinco litros de agua. «Y ahora, ¿qué? ¿Cómo voy a conseguir bajar algo si no paro de comer y los hábitos de comida que tengo no van a ayudarme nada a ello?», pensé. Pero en realidad no había tiempo para pensar, había tiempo para hacer.
La idea principal más que intentar perder tantos kilos era no obsesionarme pero, sobre todo, no seguir engordando. Empecé quitándome lo que más daño me estaba haciendo: exceso de dulces, fritangas, comida rápida y alcohol. Cambié también las cantidades y el tipo de cocinado de las comidas; es decir, si en mi casa había garbanzos, yo comía garbanzos, únicamente un plato bastante menor que antes. Lo mismo ocurría con los segundos platos; si había pechuga de pollo, comía pechuga de pollo, pero en vez de tres tajadas con pan rallado, comía dos y a la plancha. Pequeños hábitos que, aunque fueran a significar bastante, para mi día a día no supusiera un esfuerzo ingente.
También añadí mucha fruta a mi vida –la cual había tenido abandonada demasiados años– y cambié mi desayuno de medio bote de Cola-Cao con magdalenas y mortadela por yogurt con avena, fruta, frutos secos y una tostada de pan integral con jamón york con más del 90% de carne. A media mañana o en la merienda cambié los bocadillos con mucho pan por más fruta o más frutos secos. Y en las cenas exactamente lo mismo que en las comidas. Y dejé de picar ultraprocesados entre horas, claro. También cambié el azúcar por el erititrol y descubrí el mundo de las freidoras de aire, pero sobre ese tema hablaré largo y tendido en otro momento, queda todo riquísimo.
Antes que nada, quiero dejar claro que ni soy nutricionista ni tengo conocimientos de ello, únicamente estoy contando mi historia. Probé con lo que creía era lo mejor para mí en ese momento, con la idea de no seguir engordando y de llevar una vida mucho más saludable en todos los sentidos, pero para este tipo de consultas si estáis pensando en bajar de peso lo recomendable siempre es hablar con los profesionales.
Y lo mismo ocurre con el deporte; depende de lo que estéis buscando o necesitéis, siempre os vendrá mejor la opinión y las recomendaciones de profesionales. En mi caso, como no me apetecía la idea de tener que apuntarme a un gimnasio y disponía de bastante espacio para realizarlo en casa, lo que hice fue: por mi cuenta y seis días a la semana realizar diferentes tipos de ejercicios durante mínimo una hora al día. Me compré pesas y una cuerda de saltar y seguía las instrucciones de profesionales mediante vídeos. Disponía de una esterilla, unas gomas elásticas para las piernas o un TRX, así que lo tenía todo para ir variando de tipo de ejercicio cada día, para no convertirlo todo en una rutina demasiado idéntica y para trabajar todas las zonas del cuerpo. También cambié los ascensores por subir escaleras y el transporte público por acudir andando a todos los sitios fuera cual fuera la distancia que tuviera que recorrer. Insisto en que no sé si fue lo mejor, pero a mí me ayudó.
Creedme cuando os digo que cuando empecé no me veía capaz ni de bajar cinco kilos y aquí tenéis el claro ejemplo de que se puede conseguir. Si no lo intentas nunca sabrás si has sido capaz.
Prueba; es salud. Lo que de verdad importa.
JORGE MARTÍN | 22 de julio, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 5 de julio, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 29 de junio, 2021
Borja es un chico emprendedor de veintinueve años que ama Pokemon, muestra de ello, entre otras cosas, son los dos tatuajes que tiene sobre la mencionada serie de videojuegos y el propio nombre del negocio que inauguró hace poco más de un mes: Pueblo Paleta Freak Shop. No es la primera vez que intenta emprender en algo y se define a sí mismo como una persona muy positiva que ha pasado por sus problemas pero que lleva la palabra resiliencia muy dentro de él.
RAQUEL GÓMEZ | 14 de junio, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 7 de junio, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 31 de mayo, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 24 de mayo, 2021
RAQUEL GÓMEZ | 17 de mayo, 2021
Lo más leído
-
RAQUEL GÓMEZ | 12 de abril, 2021 María es una chica de 28 años a la que se le fue diagnosticada una depresión en el año 2019, tras varios p...
-
RAQUEL GÓMEZ | 31 de mayo, 2021 Ibon tiene veintiséis años y lleva casi dos años sufriendo unos dolores de los cuales tras numerosas pru...
-
RAQUEL GÓMEZ | 19 de mayo, 2022 Sergio fue padre en 2012 con veintitrés años. Hoy, a punto de cumplir treinta y tres y con dos hijos de sie...