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«PODRÍA SEGUIR HACIENDO ENTREVISTAS A QUIEN FUERA, PERO SI NO ME SIENTO MOTIVADA PARA PREPARARLAS, NI PARA HACERLAS, NI PARA CORREGIRLAS NO TIENE SENTIDO SEGUIR»

JORGE MARTÍN | 22 de julio, 2021 


Tras dieciséis entrevistas de diversos ámbitos, Raquel Gómez, periodista desde hace casi cinco años y editora de esta página web ha decidido parar de hacer lo que hasta ahora hacía: entrevistar. Durante la entrevista podréis descubrir el motivo que le ha llevado a tomar esta decisión, así como otras inquietudes y curiosidades de lo que han sido estos cuatro meses publicando entrevistas. 

Esta es la última entrevista en el blog y curiosamente es la tuya, ¿por qué? 

Porque al final es un trabajo que he hecho yo y quería que así la gente conociera un poco más de mí y el motivo por el que dejo de hacerlo. 

¿Cuál dirías que es el motivo principal por el que dejas de hacerlo?

No sé, me he desmotivado. Quizá el tema de las visualizaciones me haya afectado más de lo que quiero creer, porque siempre he dicho que me daban igual pero supongo que en el fondo no ha sido así, por lo menos al final. Al principio sí que me daba más igual porque estaba muy motivada y muy feliz y me daba igual quién me leyera. A mí lo que me motivaba era pensar en la entrevista, en quién entrevistar, qué preguntar, prepararme las preguntas y todo lo que conllevaba una entrevista. Sí que es verdad que depende de la temática me motivaba mucho más, por ejemplo las tres de fútbol las he disfrutado muchísimo porque es lo que más me gusta. Mucha gente me dice que la desmotivación igual se debe a que me he querido centrar en muchos y diferentes temas que entre ellos no tenían nada que ver. Y puede que ese haya sido el problema, claro. 

¿Crees que quisiste abarcar demasiados temas y que al final eso te ha podido penalizar?

Sí, por eso. Tenía miedo de que si hablaba de fútbol, hubiera mucha gente que no me leyera. Al final el nombre, «El córner», viene de fútbol. De hecho antes era un blog en el que yo sólo escribía de fútbol, y además opiniones. Lo cambié a entrevistas para que fuera mucho más objetivo y para que tanto los entrevistados pudieran sentirse bien contando sus historias como los lectores disfrutar leyéndolas.  El error ha estado en no hacer lo que a mí me gustaba, que era escribir sobre fútbol, independientemente del género periodístico. Quise abarcar más temas para de alguna manera contentar a todo el mundo, y ese ha sido el error. No sé si la temática debería haber sido fútbol, enfermedades mentales o música, pero sí que creo que tenía que haber sido uno en concreto y no tantos y además tan diferentes entre sí. 

Pero esto podría ser más una pausa que un punto y final. 

Sí, claro. Yo no voy a borrar nada, el blog va a seguir ahí y las redes sociales del mismo va a seguir ahí.

Me refiero a que si te tomas unas vacaciones, lo cierras definitivamente o es un cierre temporal y con la puerta abierta a volver en un futuro quizá con otro enfoque.

Sí que es verdad que con las entrevistas me siento muy cómoda, en primero de carrera, en un arrebato de querer dejarla decidí no hacerlo precisamente cuando empezamos a hacer entrevistas, me di cuenta de que me gustaba hacer eso y que además no se me daba del todo mal. Al final yo hago entrevistas con la gente que conozco, todo el mundo me dice que por qué hago tantas preguntas y es como que me sale solo, de una pregunta saco otra y otra (se ríe). Y sigue siendo lo que más me gusta, ¿eh? Lo que pasa es que el hecho de grabarlas, transcribirlas, recortarlas, pausarlas y corregirlas lleva tiempo, no es como si la grabas y la subes tal cual. Digamos que es demasiado trabajo que luego no veo recompensado. Entonces no sé si volveré con entrevistas, si volveré con otra cosa, ni si volveré, pero lo que tengo claro es que si vuelvo, será para aguantar más de lo que he aguantado esta vez, claro. Significará que la motivación me habrá durado más y que estaré más contenta con lo que hago. Podría seguir haciendo entrevistas a quien fuera, pero si no me siento motivada para prepararlas, ni para hacerlas, ni para corregirlas no tiene sentido seguir.

Has hablado varias veces de lo de la falta de recompensa, como que a nivel de números no has conseguido no llegar donde querías pero sí que te estimulara un poco más. ¿No crees que estás pecando un poco de impaciente? En el sentido de que son cuatro meses de página, al final es un mundo muy saturado, hay muchísimo contenido en páginas, en canales, en redes sociales y a lo mejor donde tú con cuatro meses crees que has tocado techo pues seguramente tendrías que haber aguantado un poco más. 

Cuando hablo de recompensa no me refiero a números, yo sé que esto, por muchos números que haga, no me va a dar nada. A mí me da igual que una entrevista tenga trescientas o tres mil visitas, no tengo ningún tipo de monetización incorporada. Si mañana entrevisto a una persona y por lo que sea esa entrevista la leen cien mil personas, voy a ganar lo mismo que si me la leen diez.

Pero si la ven cien mil, existe la posibilidad de que alguien o algún medio de comunicación pueda acceder a ti y hablar contigo o proponerte algo, entonces dinero no va a ser, en el sentido de que no vas a cobrar por ese contenido, pero sí que te puede catapultar a otro lado. 

Sí, es que la recompensa de la que hablo en todo momento no es dinero, sino ver que alguien valora mi trabajo más allá de mi familia y mis amigos. Hay gente que me da la enhorabuena, que está muy bien lo que hago pero sé que no se han leído ninguna entrevista. ¡Ni pinchar en el enlace! Uno de los motivos por los que elegí hacer entrevistas era porque era lo más «objetivo» posible para precisamente hacer «curriculum», porque el hecho de escribir artículos de opinión sé que puede dar pie a perder más oportunidades laborales que a ganarlas. 

Es una puerta que te estás cerrando por una sensación o una intuición antes de probarlo si quiera.

Puede ser. Mi inseguridad en todos los ámbitos de la vida me ha podido influir en esto también. De hecho cuando dije que no iba a hacer más entrevistas me escribió más gente de la que pensaba diciéndome que no lo dejara, que me leían, gente que hasta ese día igual no me lo había dicho. Quizá necesité más eso: la recompensa no de dinero pero sí de ese tipo de mensajes. Yo quiero que la gente me lea y me diga tanto lo que le parece bien como lo que no, pero que me lea, no que me diga que me lee cuando no es cierto. Al final también lo que me ha hecho mucho daño es que la gente te sigue porque te tiene que seguir, por quedar bien y ya está. Pero no te leen. La mayoría de mis seguidores son mis amigos y esos no son objetivos, entonces no he tenido una crítica de alguien de fuera que me diga pues mira Raquel tu trabajo es bueno, o es malo, sigue así o cambia esto o esto. Las valoraciones que he tenido a mí me hacen pensar que me lo dicen porque son gente que me quiere y ya está, no me lo dicen porque realmente lo valoren de verdad. Esa ha sido mi sensación. 

¿Le das mucha importancia no a la aprobación de los demás, que también, sino al qué dirán?

Sí, claro, por supuesto. Cada entrevista que compartía por ejemplo en Twitter, que de hecho era donde más me costaba compartirla no sé por qué, no sé si porque el público que tengo en Twitter es distinto al de Instagram o por lo que sea, me daba apuro porque hay gente que comparte entrevistas tan buenas, que de repente subir una de las mías me costaba muchísimo. Es la red social a la que más tarde compartía las entrevistas y no sé por qué, porque además es de largo la red social que más me gusta. Que luego al final, por la tuya, que es la que más visitas ha tenido hasta el día de hoy, me dio la enhorabuena gente que ha trabajado en medios grandes, que se la ha leído y le ha gustado. ¡Se la leyó hasta Arbeloa! Yo creo que al final es más mi sensación, que igual pienso que lo he hecho peor de lo que en realidad lo he hecho, no lo sé. Y eso ha podido ser lo que me ha llevado a decir: necesito parar. Pero sí, por suerte o por desgracia siempre le doy importancia al qué dirán. 

Es posible que la entrevista de la que hablas tenga más que ver con lo excepcional, simpática, fabulosa, fantástica y accesible que es la persona a la que entrevistaste, y que además no te puso ninguna traba? Todo lo que se dijo en esa entrevista, puedes decirlo, se ha transcrito. 

Sí, sí, claro. Y de hecho está bien que lo recalques porque tú me diste el permiso de subirlo todo tal cual, pero ha habido otros entrevistados que no. Cambia esto, quita esto, esto no lo subas, añade esto, etcétera. Que yo he sido la primera que he mandado su entrevista a cada entrevistado antes de publicarla para que me dijera qué quitar o si quería añadir cualquier cosa, desde cambiar el titular hasta cualquier punto o cualquier coma; todo. Y creo que tú has sido de los pocos que me ha dicho que la subiera tal cual. Sí que ha habido entrevistas en las que me ha tocado no publicar quizá lo más interesante de ellas, pero prefería hacerlo así que no publicar algo de lo que el entrevistado se ha podido arrepentir de decir. Te pongo un ejemplo: estamos hablando de una persona que se dedica a una profesión, sobre la que además gira toda la entrevista, y de repente dice que en pocos meses va a cambiar de profesión pero que su jefe no lo sabe y que no quiere que lo sepa todavía. Y esa pregunta la quité, claro. Porque es verdad que me lee poca gente, pero imagínate que por lo que sea me lee su jefe. 

Y en ese sentido sí que es verdad que a ti te lo tengo que agradecer porque es verdad que no me pusiste trabas y además la compartiste. Que tienes casi 30.000 seguidores en Twitter y podías haber optado por la opción de no compartir a una chica a la que siguen cuatro. Y no, al contrario: la compartiste y además recomendaste su lectura. Y claro, el hecho de que tú, teniendo tantos seguidores, tuvieras el detalle de compartirla para mí fue muy gratificante. Porque luego hay algunos entrevistados que piden que pongas en la entrevista absolutamente todo de ellos para ayudarles y luego ves que no hacen lo mismo y una vez publicada la entrevista no ayudan compartiéndola o ni siquiera dan las gracias. Entonces sí, puede influir todo, claro. 

En esa entrevista, aparte del acoso laboral, hablamos también de la ansiedad. ¿Todo este proceso de las entrevistas, estos cuatro meses trabajando, transcribiéndolas, esperando resultados, aprobación, etcétera, te ha generado ansiedad en algún momento?

Pues quizá ahora, justo cuando he decidido parar. De hecho ahora es el momento en el que menos lío tenía, por decirlo de alguna manera. Durante estos cuatro meses he estado trabajando, preparándome unas oposiciones que han sido hace un mes y como extra tenía el blog. Entonces creo que ha sido ahora, al parar, porque dejé de trabajar el mismo fin de semana que hice los exámenes de la oposición, y ahora mismo podría dedicarme sólo y exclusivamente a las entrevistas. Tendría más tiempo para prepararlas, para hacerlas, para transcribirlas, para todo, y ha sido en el único momento de estos cuatro meses en el que he dicho: no. Y, no sé, supongo que es porque suelen decir que cuando paras te viene todo, sobre todo después de haberlo pasado mal un tiempo. Y las dos veces en mi vida que peor he estado por culpa de la ansiedad ha sido después de haber pasado un tiempo muy malo. Creo que cuando lo pasas mal pero estás pensando en todo lo que tienes que hacer, dejas de ser consciente de todo lo demás y, cuando paras, tienes más tiempo para pensarlo todo y es cuando te viene todo de golpe. Y creo que es lo que me ha pasado.

¿Y cómo gestiona la ansiedad alguien que en realidad la está experimentando justo por hacer lo que siempre tenía ganas de hacer o por tener un proyecto que siempre tuvo ganas de tener?

Sinceramente no lo sé porque la ansiedad es un mundo tan desconocido que no sabría decirlo. Ahora mismo realmente tampoco sé si es ansiedad, es una mezcla entre agobio, tristeza, rabia, e impotencia. Muchas veces me paro a pensar y me doy cuenta de que acabé la carrera hace casi cinco años y que no he ejercido aún de periodista. Y cada día veo cosas del periodismo que me hacen avergonzarme de la profesión, pero es que luego veo otras y me doy cuenta de que me sigue encantando como cuando la empecé a estudiar en 2012. Sobre todo hacer entrevistas me encanta, pero siento que necesito un proyecto más elaborado, del que no me vaya a cansar. Con todo lo que me costó hacer la web, me da rabia haber llegado a este punto sólo cuatro meses después. ¡Tú no sabes lo que me costó hacer la web! Que de escribir tendré poca idea, pero de hacer una web no tengo ninguna. Y la hice con HTML, tardé meses en hacer la web más o menos a mi gusto, dentro de las posibilidades que ofrece Blogger, porque la hago con Blogger, que todo el mundo sepa que la he hecho con Blogger (se ríe), que es una plataforma muy limitada, y todo lo hice yo. 

En esa charla que tuvimos me preguntabas sobre el intrusismo laboral, en el sentido de que yo no había estudiado Periodismo y tengo un canal de Youtube, he trabajado en medios de comunicación, etcétera. Yo te di mi punto de vista como intruso laboral por así decirlo. ¿Qué piensas tú de la gente que, sin ser periodista, sí que tiene hueco en algunos medios sabiendo que a ti, que sí lo eres, te está costando un poco más encontrar tu sitio dentro del mundo laboral?

Que mis valores no van acordes con lo que es el periodismo hoy en día o con lo que se conoce como periodismo hoy en día. Creo que no todo vale por dinero, desde mi punto de vista. Como lo que ha salido ahora de los audios de Florentino Pérez, que luego los periodistas se quejan de que las entrevistas se le concedan a gente como Ibai. A mí lo de Ibai me parece admirable, sé que hay gente del gremio que lo critica muchísimo pero yo por ejemplo lo envidio. Al final sacarse la carrera de Periodismo tampoco hace milagros ni te enseña conocimientos mucho mayores de los que puede tener Ibai o los que puedes tener tú, que al final consumiendo los medios puedes saber cosas del periodismo que no se enseñan en la carrera o tener un talento innato para comunicar que por mucho que estés cuatro años en una facultad no vas a conseguir. Pero como te decía, creo que mi problema ha sido ese: los valores. Yo no podría escribir sobre algo que no sienta ni decir en una radio algo que no piense. En mi caso además que yo siempre quise especializarme en el periodismo deportivo, es el tipo de periodismo que más podrido está desde mi punto de vista, no va conmigo lo que se conoce como periodismo deportivo hoy. 

A eso me refería, tú quieres trabajar de eso pero por ejemplo sobre todo en temas de periodismo deportivo hay mucha gente trabajando en tertulias, en emisoras, e incluso dando información que no hizo periodismo. ¿Tú crees que te equivocaste eligiendo la carrera o que simplemente la sociedad funciona así? 

Sí y no. Porque sé que hay gente que no tiene la carrera pero tiene un poder de comunicación o unas habilidades brutales que igual alguien que sí haya ido a la facultad no las vaya a adquirir nunca. Y si cumple todo eso y además tiene buenas fuentes y ofrece informaciones veraces, me parece lícito. Lo que pasa es que no suelen ser la mayoría. A mí me parece estupendo que de fútbol hable quien sabe de fútbol, y en la facultad no te enseña nadie nada sobre fútbol. La mayoría van a tertulias por un personaje que se han creado y ni saben comunicar, ni tienen fuentes, ni tienen nada y sólo van a hacer el ridículo. Yo no creo que me haya equivocado de carrera, la carrera es muy bonita y no me arrepiento en absoluto, pero sí que es verdad que una cosa es lo que estudias y otra cosa la que los medios reflejan a la hora de contratar a las personas, que para nada va conmigo. 

Ahora te vas a tomar un break por así decirlo pero supongo que el tema de comunicación, periodismo y tal sigue siendo lo tuyo, es algo vocacional. ¿Qué horizonte ves? ¿Hacia dónde te vas a mover?

Hacia ninguno en concreto. Mi experiencia laboral no tiene nada que ver con periodismo ni con el mundo de la comunicación, es lo curioso. Mi única experiencia en un medio de comunicación fueron las prácticas de la universidad, en tercero de carrera, en el periódico El Correo - La Opinión de Zamora, donde cobré 120 euros al mes con contrato de prácticas. Que agradezco muchísimo que me dieran la oportunidad de poder ejercer la profesión, porque fuimos cinco becarios y a más de uno le mandaron literalmente copiar y pegar noticias de diferentes agencias. A mí no, a mí me dijeron: coge un cuaderno y una grabadora y sal ahí a hacer periodismo, que copiar y pegar sabemos todos. Ruedas de prensa, actos oficiales, visitas al Ayuntamiento, etcétera. Y esa es la única vez en mi vida que he ejercido de periodista, y eso que me faltaba un año para terminar la carrera y serlo oficialmente. Entonces el horizonte que veo es que cualquier trabajo de periodista que me ofrezcan será mejor de lo que he tenido porque no he tenido ninguno. 

Sabiendo que te gusta hacer entrevistas, ¿has valorado la opción de hacerle un lavado de cara al tema de la web, plantearlo de otra manera y, por ejemplo, hacer las entrevistas vía podcast? Que puede tener más recorrido por aquello de que la gente, actualmente, es más de escuchar, de ver, de un contenido rápido que a lo mejor de pararse a leer diez o quince minutos. 

Sí, porque es que además no es pararse a leer diez o quince minutos sino que suelen ser algunos más porque son bastante largas y por mucho que las intente resumir y adaptar, se tarda en leerlas. El formato de podcast es el que más me gusta, porque a mí lo que me gusta es hablar. Para escribir te puedo escribir una novela si quieres, pero escribir algo que ya he escuchado, que ya he vivido, me da más pereza. Entonces sí, es el formato que más me gusta pero, curiosamente, creo que es el que peor se me da. No el hecho de preguntar y hablar sino que a lo mejor, sin querer, sin darme cuenta igual interrumpo a la persona antes de que termine de responder. Aparte creo que no vocalizo bien, es algo que sí que se enseña en la facultad pero hablo rápido y tiendo a no vocalizar. Y lo más curioso es que los pocos seguidores que tengo, cuando pregunté que qué formato preferían, votaron formato escrito. Pero sí, probablemente, si volviera, creo que sí que volvería en el formato podcast. 

Porque Twitch o Youtube ni te lo planteas.

Ni me lo planteo. Me lo plantearía si no se me viera la cara. La tele nunca me ha gustado, igual que las prácticas en la radio de la carrera las disfrutaba muchísimo, las de la tele no me gustaban nada. No me gusta hablar a cámara, si ya de por sí me pongo nerviosa y hablo rápido, imagínate si sé que sale mi cara. Me gustan los formatos, consumirlos, pero no me veo haciéndolo yo. Y no voy a hacer un directo en Twitch y enfocar a la pared. Y con Youtube más de lo mismo. 

De todas las entrevistas que has hecho, ¿cuál es la que más te impactó cuando la estabas haciendo y luego a la hora de transcribirla?

La de María, sin duda. Porque además es mi amiga y el testimonio sí que lo sabía, me había contado que había tenido episodios con pensamientos suicidas pero no me lo había contado tal y como lo contó el día de la entrevista. Lo que hizo, cómo lo hizo, los mensajes que dejó de despedida, etcétera. Fue muy duro. Es muy duro de cualquier persona que te lo cuente, pero si además es una persona a la que tú quieres, muchísimo más. Sientes que no has estado ahí y te sientes culpable, claro, porque aunque ella te diga que sí, te sientes culpable de no haberlo sabido ver o no haber podido frenar esos intentos de suicidio o esos pensamientos malos. Fue durísima escucharla y luego transcribirla, claro. 

¿Alguna de la que te hayas arrepentido? De decir: no la tenía que haber hecho, no sé si publicarla. O alguna que una vez publicada hayas dicho: esta me ha quedado grande. 

No grande, pero sí que ha habido un par de ellas en las que los entrevistados han pedido ayuda pidiendo añadir enlaces a sus páginas webs o con diferentes links en forma de ayuda y que luego ni han compartido la entrevista para ayudarme a mí o ni siquiera han dado las gracias. A veces subes la entrevista y no vuelves a saber nada de las personas con las que has estado hablando durante días, les has dejado que quiten o pongan lo que quieran de la entrevista, les has pasado fotos con diferentes diseños para que elijan cuál prefieren o les das visibilidad en absolutamente todas las redes sociales habidas y por haber y te queda una sensación rara, claro, pero bueno. Arrepentirme como tal de ninguna porque estas cosas me han servido para aprender. 

¿Hay alguna entrevista que te haya servido a ti a nivel personal, que te haya hecho reflexionar y cambiar algo de cómo piensas, de cómo ves el día a día?

Probablemente una sea la tuya por lo del tema del acoso laboral, me sentí muy identificada en algunas cosas por un trabajo en el que estuve, me pareció muy valiente la decisión de irte de allí, porque yo no fui capaz de hacerlo. La de María por contar su dura historia y abrirse, que después de tanto tiempo le diera igual lo que pensara la gente y haber sido capaz de sacarlo y sentirse liberada. Y, sobre todo, la de mi madre, en la que hablaba de la maternidad y de su madre, mi abuela, que tiene Alzheimer. 

En realidad todas han sido entrevistas que a mí me han servido muchísimo. Y, además, lo que más me llena es que muchas de las personas a las que he entrevistado me han agradecido el hecho de haberles dado ese canal para contar sus historias. Hay gente que me contó a mí algo que no le había contado a nadie antes para que así, gracias a la entrevista, su gente se enterara de esa manera y no teniendo que decírselo quizá a la cara o más directamente. Lo que más me ha llenado sobre todo es el agradecimiento de los entrevistados, que al final han sido los que más han valorado el trabajo porque muchas de las entrevistas han sido muy largas y han sido conscientes de la dificultad de luego plasmar por escrito una conversación tan larga. 

Creo que no tengo más preguntas. ¿Quieres añadir algo más, para finalizar?

Sí, que muchísimas gracias a la gente que me ha leído en algún momento de estos cuatro meses. Ha habido gente a la que le gustaba el fútbol pero que se ha leído todas y gente que quizá le interesaba más la salud mental y también se ha leído todas. También gente que se ha leído sólo las que abordaban temas que le interesaban, porque para eso quise hacerlo así también, para que a la gente que le gustara el fútbol leyera las de fútbol, a la gente que le gustara la música leyera las de música y a la gente que le interesara la salud mental leyera las de la salud mental.

Pero a todo el que se haya leído cualquiera de las dieciséis entrevistas o una parte de alguna de ellas: gracias. A cualquier persona que me ha dejado un mensaje de enhorabuena por el trabajo o de agradecimiento por dar visibilidad a según qué temas, o por sentirse reflejada con la historia que se contaba en la entrevista: gracias. A todas las personas que me han dado fuerzas para seguir cada semana y sobre todo ahora, cuando he dicho que lo dejaba, que me han pedido que no lo deje: muchísimas gracias. A todos, de corazón. Y gracias a ti, claro. Por aceptar la entrevista en su día, por abrirte como lo hiciste, por lo fácil que lo pusiste, por ayudar a visibilizarla y por haberte ofrecido a ser tú el que hiciera esto hoy. 

Y por último recalcar que, las publique o no, seguiré abierta a conocer historias de cualquier persona que tenga algo que contar y que el blog va a seguir ahí para quien quiera leerlas ahora o en un tiempo. Haga lo que haga en un futuro esto no lo voy a borrar. 

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