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«ME HE DADO CUENTA DE QUE EL MUNDO DE LA MÚSICA, NO SÓLO EL DE LA ORQUESTA SINO EL DEL MUNDO DEL ESPECTÁCULO EN GENERAL, NO ES UN FUTURO PARA EL 99% DE LOS QUE NOS DEDICAMOS A ESTO»

RAQUEL GÓMEZ | 7 de junio, 2021 


David tiene treinta y tres años y lleva desde los ocho dedicando su vida a la música. Actualmente su trabajo principal es dar clase de guitarra, canto y lenguaje musical en una escuela de música de un pequeño pueblo de Cantabria: Santa María de Cayón. David es además el guitarrista y cantante de La Resistencia, una orquesta que inició su camino en 2019 y que, tras un primer año de éxito, vio truncada su actividad desde octubre de ese mismo año hasta ahora. Tras un año y ocho meses sin actuar, La Resistencia vuelve a recorrer el país a partir de este viernes con una versión totalmente diferente a la de antes de parar. Y es que ya saben lo que se dice en estos casos: renovarse o morir. 

¿Cuánto tiempo llevas sin trabajar?

Sin trabajar estuve sólo los meses que estuvimos encerrados en casa, tengo la suerte de que tengo la escuela, que abrió en septiembre porque en junio como era un mes lo que quedaba era un poco lío. Mi trabajo principal es la escuela. 

¿Y desde septiembre normal?

Sí, nos cerraron una semana porque confinaron todo el pueblo donde está la escuela pero luego todo normal. 

¿Cuál es tu formación? 

Pianista de conservatorio, aunque parezca mentira, como soy un macarrilla...

¿Qué edad tiene la gente a la que das clase?

Doy a todas las edades. 

¿Habéis notado que tenéis menos gente a raíz de la pandemia?

Están más o menos los mismos, la verdad. Sí que al principio teníamos miedo porque daba la sensación de que no iba a venir nadie, pero estamos más o menos como antes de la pandemia.

¿Ha habido contagios?

No. Ha habido que cambiar cosas, pero no. 

Hombre, es que cantar con mascarilla...

Estoy allí como si fuese la NASA. Mi aula de canto está llena de plástico separador. 

Para que puedan cantar sin mascarilla, ¿no?

Sí. El que corre el riesgo soy yo porque por aquí pasa un montón de gente pero ellos están aquí como mucho una hora y yo estoy toda la tarde. 

¿De qué hora a qué hora?

Depende del día. Ayer estuve desde las once de la mañana hasta las nueve y media de la noche, no paré ni para comer. La mayoría de los días empiezo a las tres y media y hasta las nueve o nueve y media. 

¿De lunes a viernes?

¡Y sábados! 

¿Y la orquesta cuándo arranca? He visto en Facebook que volvíais muy pronto. 

Sí, empezamos la semana que viene a tocar. Estamos ensayando ya y la semana que viene, el viernes, tenemos el primer bolo. 

Formato distinto, imagino.

Sí. Los músicos somos los mismos, el mismo equipo de trabajo y todo pero claro, el público sentado. 

La gente mirando como si fuera teatro. 

Sí. Vamos a tocar banda sonoras de películas, desde Disney para los más pequeños hasta películas de antaño como Dirty Dancing, Flashdance, etcétera. El espectáculo incluirá también imágenes de las películas proyectadas detrás. De verbena nada. 

¿Te gusta este nuevo formato?

Bueno, a mí el repertorio me gusta, la verdad. De hecho me gusta más que el de verbena normal, pero lo de la gente sentado pues bueno, es raro. 

¿Y hasta ahora no os había salido nada?

No. Y ten en cuenta que nosotros cerramos la temporada en octubre de 2019.

¿Lleváis sin hacer nada desde entonces?

Así es. Primero porque no se podía y en el momento en el que se empezó a poder, los ayuntamientos no contrataban, por miedo o por lo que fuera. 

¿Dónde tenéis el primer bolo, fiestas de algún pueblo o sin motivo de celebración concreta?

Sí, sí: fiestas. Estamos en Palencia viernes y domingo y el sábado en Cáceres. 

¡Tenéis el fin de semana completo!

Sí, ya empezamos no como una gira de orquesta normal porque tanto tanto no hay, pero sí que de momento tenemos cerrados unos treinta o cuarenta conciertos este verano. 

Bueno, lo iréis poniendo en las redes, la gente lo verá, correrá la voz también entre vecinos de pueblos cercanos, etcétera.

Sí, contamos con que haya muchas contrataciones de última hora este año. 

El precio será menor, entiendo.

El precio no puede cambiar mucho porque somos el mismo número de personas.

Pero no vais a estar actuando las mismas horas.

La hora de actuación será más temprana y será un pase más breve, de dos horas, sí. De momento somos de los que más conciertos tenemos. Ten en cuenta que lo que más cuesta es el gasoil, el desplazamiento, la estructura y las altas de los músicos. Y en ese caso todo va a ser exactamente igual. 

¿Cuánta gente hay detrás de cada actuación? 

Los montadores, técnicos de sonido, técnicos de luces, chófer, toda la gente de la oficina que se encargan de las contrataciones, el empresario, etcétera. Es muchísima gente. Y nosotros somos una orquesta mediana digamos, no llevamos treinta y cinco personas al escenario como algunas. 

¿Cuántos bolos haríais sin pandemia?

Justo el fin de semana antes de que nos confinaran íbamos a cerrar la contratación porque teníamos cien fechas y no podíamos coger más. 

¿Con el confinamiento pensasteis que iba a ser poco tiempo y que ibais a poder actuar en verano? 

Al principio yo tenía en casa el ordenador, la guitarra, el teclado, el atril con las partituras para estudiar para que cuando pudiéramos volver a salir, poder arrancar a tope, no perder la forma. Pero claro, según iba avanzando decíamos: a lo mejor en julio se puede salir, a lo mejor en agosto se puede salir...Y se ha convertido en un año y medio. 

Claro y es que encima erais como el sector olvidado...

Totalmente, y aparte de eso ha habido unos jaleos con las ayudas y el paro increíbles. 

Los primeros meses igual os pudieron pagar pero luego ya no, ¿no? 

Claro, ha habido orquestas que pudieron poner a los músicos en ERTE, pero es que es una historia muy difícil el mundo de la música en general, no sólo el de la verbena. Se supone que nosotros estamos en un régimen de la Seguridad Social totalmente diferente, que es el de artistas y toreros. Un régimen en el que sólo se permite dar de alta el día de actuación, aunque estés trabajando todo el año, sólo cuenta como día de trabajo el día de la actuación. Los que estábamos dados de alta así, no teníamos derecho a entrar en un ERTE ni nada. Pero el problema es que cuando te intentaban dar de alta en el Régimen General con una nómina mensual, a nuestro jefe por ejemplo le vino una inspectora de Hacienda y le dijo que o lo cambiaba o le caía una multa.

Y lo cambió, claro.

Claro. Y así depende de la comunidad autónoma en la que estés, hay orquestas que sí dan de alta en el Régimen General y otras no pueden por el inspector que les toca. Hay como un vacío legal muy difícil.

¿Se puede vivir de las orquestas? 

De los once o doce que somos, puede haber uno o dos que vivan sólo de la orquesta, el resto tenemos nuestro trabajo aparte. Se puede vivir pero es una inseguridad constante, dependes de que salga la temporada bien, de que haya los suficientes bolos, etcétera. 

¿De qué meses a qué meses actuáis?

Normalmente trabajamos seis-siete meses, de mayo a octubre. 

¿Y con seis o siete meses se puede vivir?

Sí, sí. Ten en cuenta que en esos meses hacemos cien días de conciertos. 

¿Te planteaste dejar la orquesta y centrarte sólo en la escuela?

Sí. Me he dado cuenta de que el mundo de la música, no sólo el de la orquesta sino el del mundo del espectáculo en general, no es un futuro para el 99% de los que nos dedicamos a esto. Por lo menos en este país que es el que conozco.

¿Por qué? 

Dentro del arte en general porque la cotización en el Régimen General es absurda. Yo tengo la suerte de que tuve el paro de la escuela porque tengo una nómina normal y como persona normal tengo el paro de allí, pero los que no tenían otra cosa que la orquesta, han tenido que solicitar la ayuda de artistas y esas cosas que salieron y alguno la ha cobrado hace quince días. Ha habido un par de ellos que han estado sin cobrar nada hasta hace dos semanas, porque tuvieron que recurrir porque además no les concedían la ayuda, para que te hagas una idea del tema. Entonces no; todos o casi todos nos hemos dado cuenta de que tenemos que buscar otra alternativa en un futuro cercano. 

¿Y tu alternativa es la escuela?

Digamos que de momento sí. 

¿Cuál es tu sueño?

Jubilarme (se ríe). 

¿Y relacionado con la música?

Ahora mismo ninguno. Ahora veo la música como un hobby, el día que tenga otro trabajo la música será un hobby, lo tengo muy claro. 

¿Te has planteado alguna vez acudir a algún programa de música?

No me gusta nada el ambiente que hay. Sí que me han llamado muchas veces directamente y me han escrito correos electrónicos pidiéndome que me presentara a los castings de programas como La Voz, entre otros. Las empresas de marketing que llevan las productoras de esos programas tienen a gente buscando por internet personas que les puedan interesar porque la realidad es que si no no rellenan los castings.  

¿Y por qué no?

Porque no me interesa, he tenido muchos compañeros que han estado y eso es un desmadre, una auténtica desorganización. 

¿En qué sentido?

El primer año de Operación Triunfo, por ejemplo, pues sí estuvo muy bien, era la novedad y muchos de ellos se ganan la vida con eso, pero la mayoría después se la han ganado o por aparecer en un programa de televisión o por hacerse influencers. Al final en la música, ¿cuántos hay? Para mí queda Pablo López, que es el único músico con mayúsculas que ha salido de Operación Triunfo. Y mira el tiempo que ha tenido que estar desde que salió hasta que empezó él en solitario, por los contratos de exclusividad que te hacen firmar, etcétera. Eres su propiedad mucho tiempo. 

¿Esta ha sido tu primera orquesta?

¡No! 

¿En cuántas has estado? 

Tengo que echar memoria (se ríe). De estar fijo, siete. Y luego sumando alguna suplencia o cosas concretas, alguna más. 

¿Con cuántos años empezaste en las orquestas?

Con diecisiete.

¿Y tienes?

Treinta y tres.

La mitad de tu vida. 

Sí, sí. Y en la música desde los ocho años que empecé a estudiar piano. Luego empecé a estudiar guitarra eléctrica por mi cuenta mientras estudiaba piano, estudiando canto en diferentes escuelas en Madrid y canto moderno. Así hasta los veinticinco más o menos que ya me fui de Madrid.

Y a los treinta y tres decides que ya no. ¿Pero por la pandemia o ya estabas cansado de antes?

He estado harto antes, pero estaba con bastantes ganas. Cuando vino la pandemia yo estaba a tope con la música, sí que es cierto que un par de años antes estaba muy desmotivado, pero parecía que la cosa podía funcionar otra vez y estábamos a gusto. Después de esto ya...

No es culpa de las orquestas ni de nada, es culpa de cómo está el panorama por todos los lados. Al final o tienes mucha suerte, eres buenísimo y tienes la suerte de tener contactos para colarte de músico en la gira de Bisbal, por ponerte un ejemplo, y empezar a hacerte un nombre y al final hacerte músico de sesión, o si no yo no me veo con cuarenta y cinco años cantando en una orquesta aguantando las borracheras. Porque al final acabaría yo borracho también todos los días y eso no se puede (se ríe). 

Ahora con las redes sociales tienes más posibilidades que hace años de que te conozca la gente. 

Sí, que te conozcan sí, pero vivir de ello no. Sí es cierto que eso pasa, igual que lo que te digo con los programas de televisión que te escriben de los castings para que vayas, pasa lo mismo, que si una orquesta a lo mejor muy grande lo ve y contacta. Pero al final es lo mismo, para ser músico de sesión, de una gira de un artista grande que es lo que al final te va a hacer vivir de la música a largo plazo, no vale sólo con eso sino que además tienes que tener suerte y contactos. Porque no funciona porque te vean en Youtube, sino porque de repente un día el guitarra de Bisbal no pueda ir y te llame porque te conozca; todo va así. 

Pero cuanta más gente te conozca a ti, mejor. 

Sí, pero también hay que vivir en Madrid o en Barcelona y yo no valgo para eso. 

¿Por qué?

Porque yo soy hombre de campo. 

Que por qué hay que vivir en Madrid o Barcelona. 

Porque si te llaman de hoy para mañana o para esta tarde, tienes que estar ahí. 

Coges un avión.

Sí, también. Pero no sé, ya te digo, me gusta la vida tranquila. 

¿Cómo era un fin de semana de gira antes de la pandemia?

¿De agosto o del resto del año? Normalmente la gente en agosto se tiende a cuidar más, porque de treinta y un días que tiene agosto, puedes tener treinta y un conciertos. Yo tanto no pero sí he llegado a hacer veintinueve en agosto, y la verdad es que es duro. Tener veinte conciertos seguidos sin pasar por casa, durmiendo fuera, con una maleta llena de ropa sucia, porque ya no tienes suficiente ropa limpia que ponerte, es bastante duro. Es bastante diferente a lo que la gente se piensa. La gente tiene en mente la gira de los artistas grandes. 

Hay como tres tipos de músicos de orquesta: los que llega agosto y se cuidan un montón porque hay que aguantar muchos días, luego están los que se meten de todo para aguantarlo y luego está el término medio, que puedo ser yo, que nunca en mi vida me he metido nada pero no sé cómo pero siempre consigo quedarme de fiesta después de los bolos y tomarme unas cuantas copas. Luego a dormir y al día siguiente a tope otra vez. Y así veintinueve conciertos. 

Hombre pero no aguantarás igual el 1 de agosto que el 27...

Sí, sí. Es lo curioso, luego llega septiembre, tengo menos conciertos, no me quedo a tomar nada y estoy peor. Es como que el cuerpo se acostumbra, se hace al ritmo, y en cuanto paras te dice: vale, ahora ya sí te reviento. 

En el fondo eso también tiene que tener su punto de diversión. 

Sí, claro. El año antes de que pasara toda esta movida ha sido el año que mejor me lo he pasado dedicándome a la verbena. 

Normal, fuiste a mi pueblo, que es el mejor. 

¡Además de verdad! Y que también ha sido el primer año que he estado de guitarrista, yo siempre he estado de cantante. Ha sido el primer año en el que me he dicho que no quería tener la presión de tener que cantar todos los días al 100%, no tener tantas canciones que cantar, -porque aunque fuera guitarrista cantaba bastante-. Pero me lo tomaba de otra manera y estaba más relajado, no me preocupaba. Decía: si mañana estoy peor de la voz, tampoco tengo tantas canciones. 

¿Por qué has cambiado tantas veces de orquesta?

La primera digamos que fue porque me liaron, un amigo que tocaba en un orquesta me dijo que buscaban a alguien, que fuera. Y fui. Y al final empiezas, ves que hay dinero y dices pues mira qué bien. Ese primer año fui teclista. 

¿También?

Sí. 

Te ha faltado ser bailarín. 

Bailarín se me da bastante mal, puedo ser animador por las risas, pero bailar es otro tema (se ríe). Pero sí, y ahí ya dije: ¡Si los cantantes cobran más y yo tampoco canto mal! Entonces decidí probar y entré en otra orquesta ya como cantante. 

Pero has estado en siete. 

En la primera que estuve de cantante estuve tres años, luego me fui a Madrid y estuve en otra, que fue un desastre. Volví a Salamanca en la que estuve otros tres años, muy a gusto, y  esa la dejé porque tenía un grupo con el que acabábamos de sacar un disco y pensábamos hacer una gira y no me podía arriesgar a que coincidieran los conciertos, estar un día en Alicante y tener que irte a Salamanca a tocar. Y encontré una orquesta que me permitía llevar un sustituto cuando yo no estuviera y es lo que hice. 

¿En la de ahora cuánto llevas?

2019 fue el primer año, se creó nueva ese año. 

¿Y por qué fuiste de guitarrista?

Fue mi condición, llevaba muchos años de cantante y estaba hasta las narices. 

¿Acudieron ellos a ti? Porque si la orquesta era nueva...

Digamos que fue mutuo, lo hablamos. Yo les dije que iba a irme de donde estaba y que si querían contar conmigo, adelante. De hecho la orquesta donde estaba se disolvió y la mitad nos fuimos juntos a La Resistencia.

¿Y en La Resistencia, bien?

La verdad que sí, hicimos un año genial, nos lo pasamos todos genial y funcionó muy bien. Siendo una orquesta nueva, hicimos noventa conciertos el primer año.  Y no éramos caros, porque al final con una orquesta nueva no puedes ir con los precios por las nubes porque al final no te conocen. 

Al final acabarías echando de menos los veintinueve conciertos de agosto.

Sí pero yo creo que al final compensa la tranquilidad de acabar tus horas en el curro y a casa sin preocupaciones. 

Y luego a orquestas de público.

Eso es, luego soy yo el borracho que está abajo diciendo «Otra o al pilón» y «No se saben una de Los Suaves». 

Y es que de eso habrás tenido poco, porque si siempre has estado al otro lado del escenario...

Rara vez, y cuando he ido a ver a alguna orquesta coincidía que tenía un día libre y tampoco me podía desfasar porque tenía concierto al día siguiente, y cosas así. 


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