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«LOS PROBLEMAS EMPEZARON CUANDO COMENCÉ UN POCO A ASOMAR LA CABEZA, ME VEÍA CON POSIBILIDADES DE IR PROMOCIONANDO EN LA EMPRESA Y ME EMPEZARON A HACER UNA ZANCADILLA TRAS OTRA »

  RAQUEL GÓMEZ | 24 de mayo, 2021 


Jorge Martín –conocido en las redes sociales como @quillobarrios–  es un joven de Valladolid de treinta y cuatro años que se considera simpático, abierto y buena gente, bastante inseguro pero muy visceral y muy pasional y al que le gusta vivir rodeado de buen rollo y reírse mucho. No tiene estudios más allá de la Educación Secundaria Obligatoria pero jamás le ha importado ejercer de lo que fuera, aunque eso le ha costado tener que abandonar un trabajo y acudir a terapia.

¿Tuviste una infancia feliz?

Yo creo que sí, una infancia de esas que ya no existen, de irme con los amigos a jugar al parque y estar toda la tarde jugando con un balón o con latas de Coca-Cola o a lo que fuera. La verdad es que sí, tuve una infancia feliz, además una infancia sin grandes sobresaltos, sin situaciones vitales muy llamativas así que no me puedo quejar. 

Y ahora, ¿eres feliz?

A ratos, como todos. Digamos que ahora tengo más preocupaciones, me preocupo menos de ser feliz y más de solucionar ese tipo de preocupaciones. Lo típico de pagar facturas, trabajar, hacer cuentas, tener ciertas responsabilidades, etcétera. 

¿Te dedicas a lo que siempre has querido dedicarte?

Es que nunca he sabido a lo que me quería dedicar. He sido un zote en los estudios, en cuanto me saqué la ESO me puse a trabajar porque no quería estudiar y nunca he tenido claro a lo que me quería dedicar, ahora estoy metido en el mundo de Youtube porque hablando con varias personas que tenían canal me dijeron que lo intentara. Me gusta la idea, me gusta el mundo de Youtube pero no es algo que pueda decir que era mi sueño. Soy más de trabajo de lo que va saliendo porque cuando no tienes estudios es más complicado y además soy una persona que nunca se planteó querer trabajar de algo en concreto. Sí que me gustaba mucho el tema de los medios de comunicación hace años, estuve trabajando de ello, vi algunas cosas que me causaron mucho rechazo, el cómo está montado todo el tinglado, pero estar cerca de la información, de medios de comunicación y redes sociales eso sí que me gusta. 

Vamos que trabajaste en los medios de comunicación sin tener conocimientos de nada relacionado con los mismos. 

Así es. Yo escribía una columna semanal del Real Valladolid en una página que se llama Goal y un día el jefe de la web en España me dijo si no me había planteado colaborar más asiduamente o hacer más cosas con ellos y le dije que sí, que por qué no. A mí me gusta mucho el mundo el fútbol y Goal es una página únicamente de fútbol, empecé a trabajar, lo típico, unas horas al día y al final fui creciendo con el paso de los meses y aguanté nueve años allí hasta que decidí cambiar de aires. 

¿Por qué te fuiste?

Porque en Goal trabajaba desde casa y al final después de tantos años metido siempre en casa sin relacionarme con gente me acabó quemando un poco y quería probar otro tipo de trabajo, salir un poco de esa zona de confort y ver qué otras opciones tenía. 

¿Y qué hiciste? ¿Dónde fuiste?

Me fui a Vodafone, bueno trabajé para una empresa que a su vez trabajaba para Vodafone, las teleoperadores y demás funcionan así, son call centers en las que Vodafone, Movistar o cualquier otra contratan a otras empresas para que les lleven estos temas. Me fui allí a trabajar y he estado cuatro años hasta ahora que lo he dejado. 

¿Por qué lo has dejado?

Por acoso laboral que me llevó a incluso meterme en una terapia con un psicólogo con el que sigo. Tema de acoso como te digo, maltrato laboral a todos los niveles, un mundo totalmente tóxico en el que llegó un momento que tenía que mirar por mi salud antes que por cualquier otra cosa y tuve que salir de allí, y es lo mejor que me ha pasado en la vida, salir de allí. 

¿Acoso por parte de quién, jefes?

Jefes, sí. Yo entiendo que soy un número para mi empresa, eso lo entiendo y además lo veo lógico, un empresario o un jefe en este caso te contrata para que tú le des números, igual que a un delantero lo contratan para que meta goles o a uno en una cadena de producción para que produzca, valga la redundancia. A un comercial en este caso lo contratan para vender, somos números. A partir de ahí viene todo lo demás. En la empresa en la que estaba yo, que es Madison, se puede decir, ya no es que te tratasen como si fueses un número, es que te trataban de tal manera que si destacabas un poco, los que estaban por encima de ti te intentaban hundir para así mantener su cortijo intacto, por así decirlo. El pensamiento allí o la manera de adoctrinar a la gente era hacerles ver que fuera de Madison no hay nada, que fuera de ser un teleoperador no hay nada, que básicamente tú estás de teleoperador porque no vales para nada más, que tienes que dar las gracias por ser teleoperador en Madison porque no vales para otra cosa, que sí que la otra opción es irte de Madison a otro lugar para coger llamadas o vender pero que siempre van a ser peores que Madison, es decir, te intentaban infravalorar, intentaban minar tu moral o tu idea de futuro, te intentaban hacer sentir que no valías una mierd* para que tú no es que te quisieras quedar allí toda la vida sino que te vieras en la obligación de tener que hacerlo y de no moverte ni crear problemas porque al final tú pensabas que no valías para absolutamente nada. 

¿Y por qué aguantaste cuatro años? ¿Cuándo empezó el acoso?

Esto fue más al final, cuando empecé estaba bien. El primer año y medio dos años estaba bien porque con mis compañeros siempre me he llevado bien, había muy buen rollo, el ambiente era muy bueno aunque era un trabajo duro porque vender a puerta fría es duro. Yo llamaba quinientas veces al día para intentar vender a la gente, cualquiera que haya trabajado de esto sabe que la primera respuesta es un no, a la gente no le gusta que le molesten, yo llamaba desde la una de la tarde hasta las nueve de la noche, pillabas a la gente o durmiendo, o comiendo o trabajando, era muy incómodo. El trabajo era duro pero se me daba bien, debo reconocer que se me daba bien. 

¿Cuándo empezaron los problemas? 

Los problemas empezaron cuando comencé un poco a asomar la cabeza, me veía con posibilidades de ir promocionando en la empresa y me empezaron a hacer una zancadilla tras otra, a mí y a otros compañeros, esto no es algo mío sino que funciona así siempre, todos los veteranos que asomaban un poco la cabeza tuvieron problemas. En ese lugar la idea de la empresa es promocionar a gente que vale muy poco, que no les renta a nivel de números y que tienen un perfil de persona que no da guerra, que no va a dar problemas y que poco menos tiene una conducta sumisa para la empresa y eso es a lo que ellos les vale. Entonces la cosa se fue deteriorando muchísimo, denuncié lo que estaba pasando en varias ocasiones a los jefes que tenía y las consecuencias fueron que cada vez la cosa iba a peor, hasta que ya llegó un momento en el que me tuve que ir. 

¿Qué te hacían?

Supongo que lo típico, entre comillas, en estos casos. A los teleoperadores nos pueden auditar y ellos lo llevaban al extremo, estaban todo el día encima, cada dos por tres haciendo un seguimiento, cuando digo un seguimiento me refiero a tener a una persona directamente dos días seguidos de trabajo a tu lado escuchándote y presionándote. Al final es algo muy sibilino, te van minando y destruyendo poco a poco, una presión extra sobre la presión que de por sí ya se tiene. Luego cuando la cosa se empezó a poner fea mandaban correos a gente superior con mi nombre, citándome a mí con comportamientos que yo no había tenido, ponían que yo había hecho cosas que no eran ciertas y yo me enteraba después.

¿Y qué hiciste? 

Considero que fui tan torpe, tan tonto, o tan buena persona que lo denunciaba a mis jefes en vez de ir directamente a Recursos Humanos o a donde fuera. Y claro yo les decía que estaban mandando correos con mi nombre, acusándome de cosas que eran mentira de las que no tenían pruebas y que eso lo único que hacía era atentar contra mi persona, perjudicándome a mí. Evidentemente después había reuniones y no salían pruebas de que esas cosas fueran ciertas, se decía lo típico de esto no puede volver a pasar porque somos una empresa seria y al cabo de un tiempo sucedía algo parecido, se volvía a denunciar hasta que ya no pude más. Llegó un momento en el que me iba a la cama llorando, me despertaba llorando, tuve que ir a terapia, me pedí una baja psicológica pero como no valgo para estar de baja, soy una persona que necesita estar siempre activa, decidí pedirme una excedencia e irme porque la situación era insostenible a todas las luces y consideré en ese momento que mi salud mental y mi dignidad estaban muy por encima de un trabajo muy mal pagado con una situación muy precaria donde te tratan como si no valieras una mierd*. Y por desgracia me atrevería a decir que en la mayoría de call centers de España es así. 

¿Por qué cogiste una excedencia? ¿Por qué no te fuiste directamente?

Porque nunca sabes lo que puede pasar en un futuro, a mi psicólogo le digo que en mi vida querría volver a trabajar allí, es decir, me cogí una excedencia de un año porque vete tú a saber si en el futuro me van mal las cosas y me toca volver, pero mi idea es no volver nunca más. Ojalá durante este año, que de momento me van bien las cosas, pueda ir y decir que quiero la baja voluntaria.

Al final si por salud mental lo has dejado, simplemente el hecho de pensar en la opción de poder volver es una presión extra que seguramente no te haga bien, ¿no?

Creo que nunca volvería. Al final cuando me pedí la excedencia estaba en una especie de shock, de que ya había reventado, en un estado mental muy grave, la verdad, de hecho fue el propio psicólogo el que me obligó a pedirme la baja, porque yo en mi vida me he pedido una baja. La única baja que he cogido fue el año pasado, por Covid, y porque me dijeron por teléfono que lo era, justo al principio de la pandemia que no se podía ni ir al médico. Me pedí la baja porque me obligó el psicólogo como he dicho, además con una frase que siempre voy a recordar que es que igual que cuando te duele una pierna o la cabeza tomas medicamentos o intentas cuidarte, cuando ves que la cabeza te empieza a fallar o que hay algo preocupante en ella, también tienes que cuidarla porque es tu responsabilidad. Evidentemente era mi responsabilidad, en ese momento cogí la baja, me llegó una oferta de trabajo que no podía rechazar primero porque era mejor que donde estaba y segundo porque al final me daba la vida irme de allí y como lo quería hacer muy rápido, me pedí la excedencia que era lo más rápido en ese momento, pero con la idea de en un año volver y pedir la baja voluntaria, no quiero ni dinero. No he reclamado ni siquiera las comisiones de mi último mes en esa empresa que ni me las han pagado ni las voy a reclamar, pero única y exclusivamente porque no quiero tener contacto alguno con ellos. 

¿Y si no te hubiera llegado la otra oferta te habrías ido también?

Sí, a lo mejor habría tardado un poco más, pero me habría ido igualmente. Cuando llegó la oferta llevaba una semana de baja y ya estaba diciéndole al psicólogo que no valía para estar de baja, sabía que necesitaba descansar, que mi cabeza no estaba bien pero necesitaba estar activo, necesitaba una rutina, trabajar, sentirme realizado. Me habría ido, el problema es que lo habría hecho con una mano delante y otra detrás y a ver qué pasaba, pero bueno. 

¿Habías acudido al psicólogo alguna vez antes de que ocurriera esto?

No, nunca. 

¿Y te costó dar el paso?

No, siempre he pensado que ir al psicólogo no es malo, para nada, todo contrario, no comparto esa imagen que se da en ocasiones de que ir al psicólogo es sinónimo de que estás mal de la cabeza, no mal de la cabeza en el sentido real de que tienes un problema y necesitas solucionarlo, sino de que poco menos que estás loco. Lo de poner etiquetas en ese sentido no me gusta, creo que el psicólogo es también una herramienta, un profesional que sirve para cuidar una parte de tu salud, que es la salud mental. No tiene por qué ir todo el mundo, evidentemente hay gente que por lo que sea no tiene problemas, no tiene un desgaste emocional o mental que le obligue a parar o a buscar ayuda y no tiene por qué ir, al final esto es como si quieres ir a, yo qué se, un fisioterapeuta. Si no te pasa nada, no hace falta que vayas, pero si te pasa, yo siempre tuve claro que si en algún momento lo necesitaba iba a ir al psicólogo, y llegó un momento en el que la familia y los amigos me veían mal, me dieron el empujón, decidí ir y llevo ya más de dos meses y estoy muy contento. De hecho cualquier persona que tenga un problema de ese tipo, no sólo de ansiedad o de acoso en el trabajo, sino lo que sea a nivel mental, yo aconsejaría que fuera al psicólogo porque básicamente es ayuda para su cabeza y su cabeza es su responsabilidad.

¿Padeces ansiedad?

En esa época sí. Acabé con muchísima ansiedad, varias veces tuve que ir a urgencias por ataques de ansiedad, que luego en realidad no te pasa nada pero cuando te sucede piensas primero que se te acaba el mundo y que te vas a quedar en el sitio. De hecho una vez que tuve una crisis muy fuerte y muy constante fui al médico de cabecera y fue una de esas veces en las que el médico me aconsejó la baja yo le dije que no porque no me gustaba el tema de estar de baja. Me recetó unas pastillas y odié eso de tomarme pastillas porque al final estaba totalmente anulado. Sí, me tomaba pastillas y no tenía crisis de ansiedad pero es que no tenía ninguna reacción emocional, absolutamente nada, al final estaba todo el día como grogui, de hecho siempre recuerdo que irónicamente se llamaban Bromazepan. Hay pacientes a los que por el motivo que sea se les mezcla la terapia con pastillas, y yo al psicólogo lo primero que le dije fue que lo único que no quería bajo ningún concepto era pastillas. Quiero que todo sea de maneral natural, no que tenga que estar calmado porque me lo dice un medicamento. 

¿Hace cuánto que te fuiste de Madison? Porque has dicho que llevas dos meses acudiendo al psicólogo.
 
Primero empecé en el psicólogo y después de la primera sesión cogí la baja por ansiedad, concretamente según el psicólogo por un trastorno ansioso depresivo. A la semana siguiente es cuando cogí la excedencia y me fui definitivamente con la idea de no volver nunca más. Es un trabajo peligroso, decirlo así suena mal porque da de comer a mucha gente pero lo es. Es un trabajo que somete a la gente a muchísima presión, no es lo mismo vender cuando te llaman para contratarte algo, que al final tienes presión porque lo tienes que vender y de hecho como se supone que es más fácil te van a exigir un mayor volumen de ventas, que vender haciendo quinientas llamadas al día que al final es algo que te absorbe por completo. Siempre he defendido la teoría de que ese trabajo en concreto las empresas lo deberían regular de tal manera que ninguna persona estuviera más de dos años ejerciendo esa labor porque me parece que es inhumano. 

¿Y a raíz de esto no pensaste en estudiar o formarte en algo?

Me considero un cero a la izquierda en el tema de estudios. 

Eso es una excusa muy mala; malísima. Con dieciséis te lo compro, con treinta y cuatro ya no. 

No soy capaz de sentarme y estar leyendo algo para memorizar más de media hora. Me gusta mucho leer, cogerme un libro, sentarme, leerlo, me termino un libro y me compro otro, pero para estudiar es que me considero un completo cero a la izquierda, nunca me lo he planteado. Soy más de ir día a día, de ir trabajando de lo que salga porque para eso no tengo problemas, no soy de los que van de exquisitos ni se me van a caer los anillos por trabajar de lo que salga, de hecho he trabajado de todo y creo que va a seguir siendo así. El periodismo por ejemplo me gusta lo que es el trabajo como tal, que lo estuve ejerciendo durante muchos años y sí que me gusta, pero cómo está construido el gremio, no. 

¿Y qué opinas de que gente como tú pueda ejercer en un gremio para el que no se ha formado? Nadie ejerce de médico sin tener Medicina, ¿por qué en el periodismo sí? 

Esta no la vi venir, eh. Pues qué te voy a decir, el problema es que hay periodistas que no valen. Es la profesión en la que más fácil es ser un intruso, porque puedes tener contactos y acceso a cierta información, te pueden llevar a una tertulia donde puedes emitir tu opinión y a lo mejor la sabes emitir mejor que un periodista. Además hoy en día todo el mundo puede tener relevancia con un blog, un canal, un podcast o lo que sea, digamos que es la profesión más fácil en la que ser intruso. 

En eso estamos de acuerdo, pero que qué te parece a ti. 

No te puedo decir que me parece mal porque yo me he metido ahí, he estado nueve años. De hecho ahora estoy metiendo la cabeza en una plataforma como Youtube hablando del Real Madrid y en alguna que otra ocasión dando información que a mí me llega por algún contacto que tengo y eso al final puede dar a entender que soy periodista, y no lo soy. No te puedo decir que es malo porque estaría mintiéndome a mí mismo, al final soy una persona que se está aprovechando de ese intrusismo o que se ha aprovechado en algún momento para poder comer. 

Entiendo que a ti Twitter es lo que más puertas te ha abierto, para Goal, ahora para Youtube y para tener muchos de los contactos que tienes ahora, ¿no?

A mí Twitter me ha ayudado mucho, sí. 

¿Cómo creciste tanto o cómo empezó todo con Twitter?

Twitter empezó como empezamos todos, que es creándote la cuenta. Primero no tienes ni idea ni de cómo es ni de cómo va, te la cierras o desapareces como hice yo, que me borraba la aplicación o dejaba de entrar, y al año vuelves, empiezas a escribir cuatro chorradas y te enganchas. Yo recuerdo que mi crecimiento empezó por un insulto de Santiago Segurola en un privado. 

¿Por qué te insultó? ¿Qué te dijo?

No recuerdo el insulto, no sé si me llamó subnormal o algo parecido, no me acuerdo, es que fue hace muchos años, hará diez años por lo menos. Entonces claro, yo saqué la captura de ese insulto y a partir de ahí empecé a tener más seguidores. Luego lo típico, me empezó a seguir Arbeloa en la época más hardcore del Real Madrid, el tema del mourinhismo movía a muchísima gente, me empezó a seguir gente y a partir de ahí fui creciendo hasta hoy. Yo es que Twitter es un sitio que adoro, de hecho con mi psicólogo he hablado de Twitter también. 

¿Qué te ha dado Twitter? 

Para mí es un rincón de liberación absoluto, es verdad que es un territorio súper hostil, que hay mucho hater, mucha gente que te está esperando, que cada vez que dices algo algunos sólo aparecen para insultarte, pero es un sitio en el que he conocido a gente genial, muchos con los que me llevo muy bien, a los que he conocido en persona o hablo por teléfono con ellos o lo que sea. ¡A mí es que me fascina Twitter, es mi red social favorita de lejos! Me encanta estar en Twitter, leer Twitter, escribir en Twitter, seguir los partidos del Real Madrid en Twitter o la noche de Eurovisión en Twitter, que es una pasada. Por mí si tiene que durar diez años más, que dure. 

¿En qué crees que ha cambiado Twitter en los últimos años? 

Yo creo que no ha cambiado, creo que ahora está más presente en los medios de comunicación y que muchas de las informaciones salen casi de Twitter directamente. Ha cambiado en el sentido de que muchos acudimos antes a Twitter que a un periódico para buscar información de lo que sea, por ejemplo, pero en el sentido de red social como tal creo que no ha cambiado. Sigue estando la gente de siempre, los perfiles de siempre, los que van a insultar, los que van a vender sus productos o los que van sólo a pasar el rato. El perfil de gente en Twitter yo creo que no ha cambiado. 

¿Alguna vez has pensado en dejarlo? 

No. Le tengo mucho cariño a la cuenta porque además tiene la foto de mi perro que es la imagen que me representa en Twitter y por eso le tengo también más cariño. Sí que alguna vez lo dejo tres o cuatro días o una semana porque hay días en las que acabo agobiado porque digo una cosa, la que sea, y me empiezan a llover comentarios de todo tipo, buenos, malos o regulares, pero que llega un momento en el que te agobias. Pero cerrar la cuenta no porque me lo paso bien, hablo con mucha gente, he conocido a gente con la que me llevo genial y es que estoy muy a gusto. 

¿Por qué la foto de tu perro? 

Me gustaba la idea de que la gente asociara Nano, mi perro, a mi cuenta. Parece una tontería pero que la gente supiera quién era el perro me hacía ilusión. Cuando tuve perro, fue un cambio en mi vida que no esperaba, y entonces rápidamente lo asocié a mi cuenta. 

No tiene nada que ver con no querer mostrar tu imagen, entiendo. 

A lo de dar mi imagen nunca le he dado importancia, fíjate que promociono mis vídeos de Youtube en mi propia cuenta de Twitter, o sea que la gente me puede ver la cara perfectamente. Twitter para mí es escribir, no dar imagen. De hecho mi cuenta de Twitter tanto el nombre como la foto no tienen nada que ver conmigo directamente pero sí para el desarrollo de mi vida. 

¿Por qué Quillo Barrios?

Mi padre me llamaba Quillo de pequeño y Barrios era por mi madre. 

¿La peor experiencia en Twitter que recuerdes?

La peor experiencia en Twitter siempre va a ser opinar de política. A mí me han llamado rojo, facha, populista, comunista, capitalista; de todo. Por eso intento ya no opinar nunca de política en Twitter, pero fuera de ello no hay nada que me haya supuesto ningún trauma o hacerme replantear mi estancia en Twitter ni nada. 

¿Y la mejor o una de las más bonitas que recuerdes?

Conocer a mucha gente que de no ser por Twitter no hubiera conocido nunca. También alguna que otra colaboración o trabajo que he conseguido y, por supuesto, haber vivido la mejor etapa de Twitter, a la que más cariño tengo: la del mourinhismo. 

¿Alguien que te haya defraudado? 

Raquel Gómez seguro (se ríe). Hay gente que me ha decepcionado y supongo que yo habré decepcionado a gente, al final esto es ley de vida. Twitter es una red social pero no deja de ser un reflejo de la realidad, quitando que todos hacemos un show de vez en cuando y montamos un papelón de vez en cuando, al final es como la vida real. Te relacionas con los que mejor te caen o con los que mejor conectas y alguno te decepciona y tú seguramente hayas decepcionado a alguno. Sí ha habido gente que me ha decepcionado, claro. Algunos que por tener muchos seguidores, aunque eso es algo que siempre me ha hecho mucha gracia porque no es que tenga quinientos mil seguidores, pero bueno, se acercaban para que les diera un poquito de visibilidad y luego ya no querían saber de mí, pero bueno. 

¿Se intentó aprovechar alguien de tu influencia?

Algunos sí que intentaban meter la cabeza o acercarse al ver que tenía un número elevado de seguidores para pedir favores o para que le diese el número de alguien pero tampoco ha sido nada escandaloso. 

Has dicho que te empezó a seguir Arbeloa. Hablemos de Arbeloa. 

Recuerdo una anécdota en uno de los años que el Real Madrid vino a Valladolid estando él todavía en la plantilla y Mourinho como entrenador. Fui al hotel de concentración, era una época en la que había muchísima gente en la puerta de los hoteles, le escribí diciéndole que ya había llegado porque había un cordón policial, y  mandó a uno de seguridad o del propio hotel a que me llamasen y recuerdo que me dio mucha vergüenza porque iba diciendo «Jorge Quillo, Jorge Quillo». Claro dije que era yo y se me quedó todo el mundo mirando. Luego al salir había gente que me paraba y me decía que qué me había dicho o que cómo era y claro, me sentía súper incómodo porque decía y yo qué respondo ahora, a mí por qué me metéis en estos líos. La verdad es que Arbeloa súper cercano, siempre ha sido súper cercano, me lo encontré también en Ibiza de vacaciones años después y lo mismo, muy cercano, muy amable, muy simpático; es como parece. Había gente que decía que Arbeloa hacía un papel en Twitter como si fuera un aficionado más, y es que para mí Arbeloa es justo como mostraba en Twitter. Y cuando lo conocí en persona fue así: un tío cercano, un madridista más, un tío al que le gusta hablar de fútbol, que no se siente más que nadie y que a mí por lo menos tanto cuando lo conocí en persona como luego en redes sociales siempre me ha tratado muy bien. 

¿Por qué ya no escribes en tu blog?

Porque no tengo tiempo, directamente. 

Has despegado hace poco en YouTube y sin embargo no tienes tantos suscriptores como seguidores en Twitter, ¿crees que quien te lee en Twitter no quiere ver o escuchar tus vídeos o a qué crees que se debe?

A que son plataformas totalmente diferentes. Para empezar Youtube es más sana, mentalmente la gente no está tan desquiciada como los que estamos en Twitter, y no tiene nada que ver. Cuando llevas un tiempo en Youtube te das cuenta de que es un sitio totalmente diferente. De la gente que ve mis vídeos a lo mejor el 90% es gente que lo ha visto directamente en Youtube o porque ya está suscrita o porque Youtube lo ha recomendado y apenas un 10% viene de Twitter de que lo haya puesto en un tweet. No tiene nada que ver, de hecho no tiene conexión casi ninguna. 

¿Y crees que llegarás a conseguir bastantes más de los que tienes en Twitter?

Es complicado, tendría que trabajar muchísimo, mejorar mucho mis vídeos, evidentemente, y hacerme todavía mucho más a Youtube para llegar a tener , por ejemplo, pero lo veo lejos. Me gustaría mucho, aparte de porque evidentemente es una fuente de ingresos, la plataforma me gusta, me parece muy entretenida, hay una comunidad muy sana, pero lo veo muy complicado. Llevo cuatro meses y todavía estoy en mil trescientos suscriptores. Es complicado, me encantaría llegar a tener  treinta mil suscriptores por ejemplo de aquí a final de año, pero está complicado. 

¿En qué crees que tendrían que cambiar tus vídeos?

En todo. Es decir, todavía noto en los vídeos que parece que estoy leyendo un teleprónter y en realidad es todo improvisado, todavía no me he preparado un guion en Youtube nunca. Sé de lo que quiero hablar, por ejemplo de que Benzema ha sido convocado con Francia para la Eurocopa, me pongo a divagar y a pensar que eso le puede ayudar a ser candidato a Balón de Oro y me siento en la silla, enciendo la cámara y me pongo a hablar, pero sin guion ninguno. 

Totalmente convencida de que primero escribías un artículo y luego lo leías en cámara, lo confieso. 

No, no, yo me veo en el vídeo y parece que estoy leyendo. Por eso hay cosas que tengo que mejorar. 

Pero no se nota que improvises o que te quedas pensando ni nada. 

Será que soy muy inteligente. 

Me parece mucho más meritorio lo que haces que lo que pensaba que hacías. 

No pero tengo que mejorar mucho porque por ejemplo la calidad de los vídeos es muy baja, parezco un robot, casi no hay edición en los vídeos, de momento no son vídeos que sean atractivos visualmente, no sólo por mi cara, claro, que tampoco ayuda, sino porque al final soy yo con una pared blanca detrás y hablando. Realmente es un podcast con imagen, básicamente. Tengo muchísimas cosas que mejorar y aprender pero también te digo que llevo cuatro meses. 

¿Y por qué no haces podcasts?

Me gustaría pero no quiero hacerlo solo. 

En Youtube también estás solo. 

Youtube ya me consume mucho tiempo.

Cambia de plataforma, deja Youtube y haz podcasts.

Me gusta mucho Youtube.

¿Y directos en Twitch?

Tengo un canal de Twitch pero es que no lo uso. Y lo que te voy a decir, si me escuchase mi psicólogo, me mataría. No me he planteado hacer directos en Twitch porque considero que no voy a llegar a mucha gente, soy bastante inseguro para eso, y mi psicólogo se enfada cada vez que soy inseguro para muchas cosas porque es uno de mis mayores defectos. Conozco gente con canales de Twitch que se les ve que tienen la gracia de serie y que tienen don de gentes, es conectar el canal y tienen a un montón de personas detrás. Más allá de los Ibai Llanos y compañía, te estoy hablando de Galán, de Yihi, de Álvaro Varito y de este tipo de gente. De hecho veo muchos directos de ellos, algunos los comento y otros no, en alguno que otro he llegado incluso a participar y veo que tienen don de gentes, que se lo pasan bien y hacen que la gente se lo pase bien, conectan mucho con la gente y tienen un volumen de personas detrás muy grande, y yo no me veo llegando a ese volumen de personas ni generando esa empatía o haciendo semejante ruido. 

No sé qué te hace pensar eso, porque a muchos te han invitado ellos. Incluso a La Pizarra ibas de invitado muchas veces. 

Sí pero porque con Varito, que era el director de La Pizarra, siempre me he llevado muy bien, con Galán me llevo muy bien, con Yihi a lo mejor tengo menos trato porque no hablamos fuera de Twitter pero nos llevamos bien. Si algún día me invitan saben que voy porque yo me apunto a cualquier cosa, pero es que no me veo con esa capacidad de atraer a tanta gente como ellos. Ellos es que tienen ese talento natural, yo siempre lo he dicho, para mí Varito tiene don de gentes, tiene ese talento natural, Galán qué te voy a contar, si se ha abierto dieciséis cuentas en Twitter y en cada cuenta que se abre tiene más seguidores, Yihi también, gente con personajes tan particulares que gustan.

Tu psicólogo te echaría la bronca y estoy segura que ellos tres también te echarían la bronca y que dicen de ti que tienes ese don de gentes y esa gracia que niegas tener. Yo de hecho te veo más en Twitch que en Youtube, veo más factible la opción de hablar en directo de que acaban de convocar a Benzema para Francia, por ejemplo, y que se conecte la gente al momento que el hecho de grabarlo y luego subirlo.
 
Yo creo, soy consciente de que por ejemplo a corto plazo podría ganar más dinero en Twitch que en Youtube pero es que Youtube es una plataforma que me gusta. 

Pero Twitch es la magia del directo, Twitch es: estoy caliente, el Valladolid ha bajado a segunda y voy a hacer un directo en cinco minutos. La gente entra para ver lo que dices en caliente o se te ocurre en ese preciso instante, y en Youtube hay tiempo de editar, cortar, etcétera. Es mi opinión, eh, pero yo creo que tú irías mejor en Twitch. 

Me lo apunto. 

Y tu psicólogo piensa igual.

No os voy a llevar la contraria a dos personas a la vez. 

La de Valladolid o Real Madrid sé que estás harto de responderla pero si hubiera sido el Real Madrid y no el Atlético el que se hubiera enfrentado este fin de semana en un partido tan decisivo entiendo que habrías ido con el Valladolid, ¿no?

Sí, porque el Valladolid no sé cuándo va a subir, es posible que me pueda tirar años sin ver al Valladolid en Primera División, aparte de que es el equipo de mi tierra y todo eso. El Real Madrid siempre va a tener una opción de ganar una Liga porque para eso es el mejor. 

¿Zidane debe seguir en el Real Madrid? 

No.

¿Quieres que se vaya? 

Por supuesto. Al final ha dejado una plantilla de amigotes y, pues mira, no. 

¿Sergio Ramos se queda o se va?

Se queda. 

¿Es información o lo que quieres ocurra?

Es lo que quiero que ocurra, la gente trata a Ramos como si fuese un tuercebotas ahora, se ha reído un poco del Madrid y eso está fatal pero si me preguntas si me gustaría tener a Ramos la próxima temporada pues por supuesto que sí, antes que a Varane.

¿Mbappe?

Qué pregunta es esa, por favor. Mbappe es mi hermano, la persona a la que más quiero en este preciso momento de mi vida.

¿Y Vini?

Puf, es que me genera amor y odio a partes iguales. Me parece un jugador con unas posibilidades brutales porque tiene un uno contra uno que no se lo he visto a nadie en el mundo, pero es que no tiene la pausa que tiene por ejemplo Rodrygo dentro del área.

¿A qué entrenador ficharías para el Real Madrid? 

¿Si estuviera disponible? A Mourinho. Por la nostalgia y por esa temática del último baile. Me gustaría ver a Mourinho, aunque sé que está acabado actualmente, me gustaría verlo en el Real Madrid. Fuera de la nostalgia a Klopp o a Pochettino. 

Pero Ramos y Mourinho juntos no. Entonces se iría Ramos. 

Bueno, pues fichamos a Mourinho dentro de dos años y ya está. 

Prefieres a Ramos entonces. 

Es que Mourinho está más acabado que Ramos. ¡Que se va a la Roma! Quién es la Roma, que es el Valladolid con nombre, vamos a ver. 

¿Algún consejo que quieras dar?

A la gente que tenga problemas le recomendaría que vaya al psicólogo. Ah, y que nadie se deje pisar en un trabajo. 

¿Te quedan sueños por cumplir?

No lo sé, supongo que sí. 

¿Has cumplido alguno?

Sí.

¿Cuál?

Vivir una historia de amor con una intensidad que pensé que nunca iba a vivir. Cuando estaba con ella muchas veces sentía que flotaba, es así. 



Comentarios

  1. Vengo del reservado de Angulo y me encuentro con esta gran entrevista al Quillo.
    Con Zidane, Mourinho y Ramos digamos que tu predicción no envejeció muy bien.

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RAQUEL GÓMEZ | 5 de mayo, 2022 Si estás leyendo esto es porque estás buscando cambios en tu cuerpo y no consigues hacerlo. También puede que hayas llegado hasta aquí por casualidad. Sea lo que fuere, si estás es por algo y en las siguientes líneas voy a intentar que no te arrepientas de haber aterrizado. Mi nombre es Raquel, tengo 27 años y el 22 de marzo de 2021 pesaba 95,5 kg. El 21 de abril de este 2022 la báscula rezaba 55,5 kg, ni más ni menos que 40 kilos menos que 395 días atrás. Aunque sobra decir que el cambio físico ha sido increíble, el mental y el saludable lo ha sido todavía más, que al fin y al cabo es lo que de verdad importa. A priori puede parecer muy difícil lograr perder tantos kilos en un periodo tan relativamente corto, pero, créeme: si yo lo he conseguido,  ¡tú también puedes! El comienzo Un día te levantas, te miras al espejo y, aunque veas lo mismo que llevas mucho tiempo viendo, decides que ya no más, que algo hay que cambiar. Eso es lo que pensé aquel lunes

«QUE YO TENGA UNA ENFERMEDAD, EN ESTE CASO LA CELIAQUÍA, NO QUIERE DECIR QUE SEA RICA»

  RAQUEL GÓMEZ | 26 de mayo, 2022 Sandra tiene 27 años y hace nueve que le detectaron celiaquía. Por si fuera poco, recientemente ha sido diagnosticada de SIBO, una enfermedad relacionada con el intestino delgado.